COLUMNA/ Desde Huatusco – ‘Ciudad de los pianos’
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO.
“CIUDAD DE LOS PIANOS”
Durante los treinta y cuatro años que gobernó el País Don Porfirio Díaz, en esta región de las altas montañas, se desarrolló una economía que funcionaba de manera integral al capitalismo mundial, de la que fue parte importante para equilibrar el dominio basado en el reparto globalizado de materia prima y productos manufacturados. Las instituciones creadas para hacerse cargo de las correcciones pertinentes para una coordinación perfecta tenían como principio la consigna: “orden y progreso”. Frase que sintetizaba la ideología positivista sobre la que giraban las acciones del gobierno.
Los principales integrantes del grupo denominado los “científicos” fueron responsables de la política para diseñar las obras de infraestructura que requería la Nación con la finalidad de ingresar a una modernidad adecuada a las exigencias del mercado internacional. Por esa razón la aspiración de la clase adinerada, estaba enfocada en pensar como los europeos, llevar el mismo estilo de vida, vestir como lo dictaba la moda y derrochar grandes sumas de dinero en fiestas y viajes de placer.
En sus informes presentados por los diferentes jefes Políticos en el Cantón, que aglutinaba siete municipios, dan un detalle minucioso de los beneficios que realizaron. Entre los que mencionan son la construcción de calzadas, figurando el camino de herradura Huatusco-Coscomatepec. Luego la reparación de los mismos, la elevación de puentes, reconstrucción de Iglesias y Capillas, enrejados, atrios, escuelas, alumbrado de petróleo, posteriormente de electricidad, colocación de faroles, red telefónica, el acueducto para surtir de agua, alcantarillado y la organización de fiestas patrias.
El Parque Zaragoza, la Alameda Chicuellar, el Teatro Solleiro, el Hospital Civil Doctor Darío Méndez Lima, junto con calles y avenidas empedradas fueron piezas importantes para dar un aspecto modernista a la ciudad. Nace con ello una generación de artistas que encabezados por la soprano Rosario de la Fraga que dieron prestigio y brillo a la ópera, la zarzuela y el canto que recorrió gran parte del territorio nacional.
De esa visión nació el nombre de “Ciudad de los pianos”, no existía la vía de comunicación que hoy tenemos. Lo admirable es que transportaban estas delicadas piezas sobre el lomo de bestia, solo así entendemos como en la Escuela primaria Juana de Asbaje estaba instalado un instrumento musical de calidad para el aprendizaje de alumnos y maestros. Los demás se encontraban distribuidos en el Jardín de Niños Rujiro Zuñiga. En casa del Doctor Gustavo Blanco Popo. La Familia Solís Moreno. El Templo de San Antonio de Padua.
En el del señor Francisco Rebolledo Pérez. El de la señorita Corina Avendaño Hernández. El doctor Guillermo Demuner. El doctor Gilberto Parissi Lagunes. La profesora Lilia Gutiérrez de Villar. La Señorita Eva Gutiérrez. La doctora Leticia Páez Avendaño. El Doctor Armando Gorbea Soto. Doctor Oseas Camarillo. La familia Méndez Páez. La señora Ernestina Vega de Hiriart. La señora Consuelo Velázquez viuda de Landa. El licenciado Sergio García Muñoz. El señor Humberto Vázquez Loyo. El señor Rodolfo Osorio Torres. La Casa de Cultura. La señora Sofía Andrade de Páez. La familia Ortega Castellanos. La señora Victoria Gamboa viuda de Acosta y la señora Sara Luisa Berriel de Hernández. Ya nada queda de ellos.
En esa época surgieron los pioneros de la política liberal, quienes a través de las logias masónicas yorkinas y escocesas, rápidamente se difundieron, dando paso al debate ideológico. Su programa estaba dirigido para organizar a los criollos que luchaban por la revolución mexicana. La idea era dirigida para instaurar una República centralista, dividida en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Por lo tanto, tenía que imponerse un sistema capitalista con protección del Estado. Aquí se encontró gran parte de la respuesta que necesitaban.