COLUMNA/ Desde Huatusco – El chile mexicano
3 minutos de lecturaROBERTO GARCÍA JUSTO
EL CHILE MEXICANO
Es esencial que los pueblos antiguos recurrieran a una manera placentera de deleitarse con una variedad de platillos regionales, con la alegría que demanda la complacencia gastronómica. A pesar de la proliferación de otras atractivas comidas que intentan substituir la existente, se mantiene la preferencia por la costumbre y el deseo de no ceder a las tentaciones que empresas trasnacionales cautivan con una variedad de alimentos muy aceptados en otras latitudes. Debido a que el sentido del gusto se amolda al tipo de vianda que se ingiere.
Podemos asegurar que uno de los ingredientes principales para preparar los ricos antojitos mexicanos, es el picante, un estimulante natural, que posee cualidades curativas para algunas dolencias corporales. Pero lo usual es que también sea utilizado para aligerar los efectos que ocasionan las bebidas embriagantes. Debido a que despierta el apetito aminorando la resaca. También se aplica para desechar toxinas y en otros casos cura la llamada “perrilla” que se incrusta en el ojo y también, puede equilibrar los efectos de la gripe.
Son muchas las propiedades esenciales que proporciona a la humanidad este producto, además de estar entre lo más consumido en las comunidades de los Estados de la República Mexicana. Es por esa razón que se siembra en la mayoría de ellos y se prepara de distintas maneras. La producción de este condimento, es controlada por los capitalistas cuya sede se encuentra en los Estado Unidos de Norteamérica. Miles de millones de toneladas se comercializan por empresas de capital foráneo, creando niveles de riqueza, en beneficio de unos cuantos.
En ese mismo contexto de noticias y como una paradoja no inventada, podemos afirmar que el alimento de las clases pobres y marginadas, así como de la pequeña burguesía, el mercado nacional se surte de importaciones de los países asiáticos. Y es muy importante para científicos e investigadores del extranjero estudiar sus cualidades esenciales para conocer los efectos de los consumidores, además del impacto que genera la comercialización en los mercados bursátiles de las Naciones donde se produce-vende e industrializa por mayoreo.
Hace muchos años que descubrieron sus propiedades aditivas, esa es la razón para que las fábricas manufactureras de puros y cigarros, adquiera grandes cantidades de picante cosechado en México. El extracto obtenido del chile se impregna o disuelve en el tabaco, creando un sabor atractivo y agradable al paladar de los fumadores. Es la medida exacta para que se forme un hábito placentero para absorber el humo que se aloja en los pulmones. La nicotina por sí sola no crea el vicio, el ácido caspio derivado del picante tiene la virtud de seducir a los fumadores.
No es sorprendente que al aspirar el humo de un cigarrillo nos impregnemos de los efectos del tabaco-picante que es difícil de detectar, lo admirable son los deseos de seguir sorbiendo hasta que queda únicamente la ceniza. La Biblioteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, es la más completa en temas como el que estamos comentando. Se puede ver con exactitud que, en cien gramos de chile, el cuerpo recibe 93 gramos de agua, seis miligramos de calcio, 1.8 miligramos de fierro, 22 miligramos de fósforo, 195 miligramos de potasio, 3 miligramos de sodio, 5.3 gramos de carbohidratos, 1.2 gramos de fibra, .5 gramos de grasa, 9 gramos de proteínas, 128 miligramos de ácido ascórbico, 530 unidades de vitamina A, y 23 keal de energía.
La región más idónea para la producción de este estimulante natural la encontramos en la sierra de Zongolica del Estado de Veracruz, ahí se localizan los estándares de la escala internacional que se mide con la scoville, que son catadores que supervisan la calidad que contiene cada pieza de este material. Confirmando que hay picantes más ardientes que el habanero.