COLUMNA/ Desde Huatusco – El obispo Guillermo
4 minutos de lectura
ROBERTO GARCÍA JUSTO
EL OBISPO GUILLERMO
Todavía no se recuperaba la población de los efectos de una Revolución que ocasionó la perdida de muchos hombres, además de la infraestructura productiva, base de la economía regional. El día cinco de agosto de 1928, nace en la calle once, entre avenida uno y tres, de esta ciudad, un personaje que dejó una historia difícil de igualar. Fue el último de sus hermanos, Carlos, Emma, Alberto y Eva. Al que sus padres Edmundo Ranzahuer y Lucía González pusieron por nombre Guillermo.
La familia estaba dentro del rango de la clase media, el padre, para sacarlos adelante trabajó de agricultor, después molinero, finalmente se dedicó al comercio. Pero su empeño era educarlos por lo que desde pequeños recibieron la enseñanza de las primeras letras, en una escuela particular cuya responsabilidad recaía sobre doña Vicenta. Por decisión de sus progenitores, se trasladó a la Ciudad de Córdoba donde realizó sus estudios de primaria en el centro educativo Úrsulo Galván.
Despertó su vocación sacerdotal a la edad de trece años, siendo monaguillo, prácticamente las veces que acompañaba al Párroco del templo, que llevaba el Santísimo Sacramento a los enfermos y atendía a los menesterosos. En su adolescencia dedico parte de su tiempo a acrecentar su fidelidad para ser un ferviente Siervo de Cristo. Y así comienza su preparación en el Seminario Conciliar de Xalapa. Por motivos atribuibles a la guerra de los cristeros, dicha sede se tuvo que trasladar a Azcapotzalco, del Distrito Federal. En 1942 regresó a Xalapa donde cursó primero y segundo año de latín. Siendo sus confesores los presbíteros Ruiz Navarro y Amezcua, de los que aprendió el verdadero significado de la vida eclesiástica.
En el año de 1944, se fue a radicar a la ciudad de Moctezuma, Nuevo México, de los Estados Unidos de Norteamérica, para prepararse en filosofía. Por lo que en 1947 vuela a Ciudad del Vaticano, con la finalidad de especializarse a nivel doctoral en Teología Moral, en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Italia. Complementándolo con un bachillerato de Derecho Canónico. A sus 23 años de edad, y estando cursando el quinto semestre, le sucede un acontecimiento importante e inolvidable en su vida.
El 22 de diciembre de 1951, estando a punto de ser ordenado sacerdote por Monseñor Carici, secretario de la Congregación de Ritos, pidió permiso para posponer su ordenación por un año con el fin de tener el tiempo suficiente para fortalecer su decisión. Meditar que era la mejor decisión de su vida y no ofrecer ninguna resistencia al llamado que Dios le había hecho. Su profundo amor a la gente deseosa de encontrar la suficiente fuerza espiritual para enfrenar distintos obstáculos, lo alimentaron de una forma positiva.
Fue un apasionado estudioso del dogma, finalmente su tesis doctoral la inclinó por “La Moralidad del acto hecho con una intención buena y una intención mala”. Luego de haber sido nombrado Canónico, con humildad solicita al Obispo la concesión de una Parroquia para adquirir experiencia pastoral. Don Emilio Abascal le recomienda calma y que espere durante tres meses la resolución. Pasado el plazo, le informan que su petición esta concedida, pero no precisamente para una parroquia, sino para una Diócesis, no como párroco, sino como Obispo. Se reconoce que su guía espiritual, don Abraham Guízar, representó el papel más importante en virtud de que lo aconsejó, educó y formó dentro de lo que significa la Santa Obediencia.
En una solemne ceremonia religiosa, fue ordenado Obispo el 22 de marzo de 1969. El excelentísimo don Emilio Abascal Salmerón arzobispo de Xalapa, don Manuel Pio López Estrada y el doctor Arturo Szymanski Ramírez, Obispo de Tampico, Tamaulipas, dieron fe de tan relevante acto. Desde su primer mensaje Monseñor Guillermo Ranzahuer González manifestó su deseo de continuar con la obra de evangelización integral y renovación conciliar, hasta formar una comunidad de culto.
El 5 de agosto de 2008, en los momentos que se encontraba en el Seminario de Texcoco, Estado de México, sufrió un ataque cardiaco que ocasionó su muerte. Ahora, de nosotros depende hacer oración por el eterno descanso de uno de los destacados pastores de la iglesia católica.