17/04/2024

Entorno Noticias

Calidad Informativa

Desde Huatusco

0 0
3 minutos de lectura
0 0
Read Time:3 Minute, 18 Second

ROBERTO GARCÍA JUSTO. 

EL BREBAJE DEL DEMONIO. 

Durante algunos siglos al café se le condenaba y culpaba de los conflictos que afrontaba la comunidad en general, en virtud de que los distraía de sus obligaciones y en   vez de asistir a los actos religiosos, preferían ir a tomar una taza del aromático.  Por esos motivos en la Meca y Constantinopla se consideraba un delito grave beberlo y, a los violadores de estas disposiciones, se les condenaba para recibir un número indeterminado de azotes. En caso de reincidencia se les metía en sacos elaborados con cuero, se amarraba y arrojaban al río.      

Los europeos la consagraron como una bebida medicinal que controlaba sus emociones y agregaba propiedades afrodisiacas.  Las personas contrarias a su consumo, organizaron un movimiento entre los católicos, mismos que la bautizaron como una “pócima diabólica”, por lo que, pidieron su prohibición al Papa Clemente VIII, a quién aconsejaban que esto era una invención del demonio, estando en riesgo de perder su alma por esta causa. Por lo tanto, debería de ser severo con su decisión para abolirla.    

El futuro del espumoso y aromático grano estuvo en riesgo de perder el sitio que en la actualidad mantiene como parte de la cultura universal. Le llevaron el cuerpo del delito a su santidad que gobernó la iglesia católica del año 1592 a 1605, una vez que probó una rica y calientita taza, les dijo a los prelados: “Esta bebida del diablo es una cosa tan buena que vamos a engañar a satanás bautizándola y santiguándola. Sería una lástima dejar la exclusividad de su uso a los infieles”.  Con esto la historia tuvo un final feliz para los adoradores de una de una fuente del disfrute al paladar y a su vez, de riqueza agropecuaria.      

Cuenta una de las tantas leyendas que, Omar caminaba junto a su maestro rumbo a la Meca. Cansado por el paso de los años el viejo presintió que su fin se aproximaba. Se acercó a su discípulo y le aconsejó que cuando su alma se desprendiera de su cuerpo, tendría una visión a la que debía obedecer en todo lo que le mandara. A la noche siguiente del deceso, ante sus ojos estaba la figura anunciada por el anciano, hizo brotar una fuente donde Omar lleno su cuenco y siguió su camino. Recordando que, donde el líquido se agitara, se detendría ya que pasaría algo prodigioso. 

Entrando a la Ciudad de Moka, sintió como el recipiente con agua se sacudía tal y como le había advertido la revelación. Se percató que los ciudadanos padecían una extraña enfermedad, mortal y contagiosa.  Se acercó a uno de ellos y pidió los dejaran solos, con su naturaleza piadosa, comenzó a orar en su oído y milagrosamente recuperó la salud. Esto rápido se hizo del dominio público y su fama trascendió hasta los pasillos del palacio del rey. 

Postrada por el mismo mal, se encontraba la hija del soberano quién de inmediato mandó a su guardia para que lo llevaran a donde se encontraba. Explicados los pormenores de su presencia, se preparó para aplicarle el mismo tratamiento. A los pocos minutos los efectos dieron resultados positivos. El agradecimiento fue enorme y se quedó como parte del séquito del monarca.  Sin embargo, el joven curandero se prendo de la hermosura de la princesa a la que planeó secuestrarla. 

Al descubrirse la pretensión del enamorado el rey lo mandó exiliado al desierto donde solo había una cueva y yerbas para alimentarse. Una mañana escuchó a unas avecillas que revoloteaban y comían cerezas rojas de un arbusto. Como tenía hambre las probó y gustó de su sabor. Con aquella planta de cafeto logró sobrevivir y con la almendra aprendió a elaborar una rica bebida con propiedades curativas. Esto llegó a oídos de su majestad que al comprobar lo dicho, lo perdonó y pidió que regresara a su lado para disfrutar de una taza del aromático café y los beneficios de su reino.  

Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %