19/04/2024

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Desde Huatusco

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ROBERTO GARCÍA JUSTO.

EL CABO DE CORNETAS.

Precisamente el cinco de marzo de 1859, como lo deja bien apuntado el profesor Ismael Sehara. En la barranca de Jamapa, sobre el camino que conduce de Coscomatepec a Huatusco, el General, Licenciado Ignacio de la Llave, con quinientos hombres, en su mayoría poco preparados y sin suficiente armamento. Impulsados por el patriotismo partidario de la causa republicana que defendían, los condujo a resistir, defender y rechazar a las escogidas infanterías de la brillante brigada contra las leyes de reforma que comandaba el General conservador Haro y Tamariz.

Integrada con cinco mil soldados de las tres armas, veteranos experimentados por su participación en diversos combates de la encarnizada “guerra de los tres años”. Fueron los que perdieron ante el empuje de los defensores de las Reformas Constitucionales. Voy a bosquejar algunos episodios que se dieron en el lugar de los hechos, los cuales son rigurosamente ciertos en el fondo, pues la forma la encontraremos en ligeros detalles novelescos con que he pretendido revestirla, para darle sustancia. Esto inicia cuando el capitán ayudante se presenta intempestivamente en el campamento donde se encontraba el jefe de las Fuerzas de Veracruz.

—Mi General –le dijo con voz fuerte—un paisano que dice llamarse Ignacio Páez, acaba de llegar en la avanzada de Tlaltengo, manifestando que en Carrasco se encuentra un grupo numeroso de hombres desarmados, procedentes los más de Huatusco y algunos otros de Coscomatepec. Cruzaron muy temprano el paso del Durazno. Casi todos han sido soldados de las guardias nacionales de esas poblaciones y que vienen con el objeto de incorporarse a sus compañeros, que hemos reclutado últimamente como voluntarios, para tomar parte de la acción en que estamos próximos a enfrentar.

Enterado por el militar, de inmediato respondió con acento seguro: –Señor capitán, pase usted a reconocer a estos ciudadanos y condúzcalos después ante mi presencia. Dicho lo anterior, partió el capitán para cumplir con la orden, no sin antes cuadrarse para realizar el saludo de rigor. Serían las siete de la mañana del día siguiente cuando el contingente, marchando en formación, llegó hasta el sitio donde se encontraba el general De la Llave. Al frente iba un hombre joven, de tez cobriza, estatura mediana y complexión robusta. Bajo el brazo llevaba una corneta. Luego que marcaron alto, saludó conforme lo ordenaba el respeto al superior.

—Señores, manifestó el General, en los momentos que vamos a acometer la empresa, quizá más temeraria que pueda registrarse en los anales de nuestra lucha por la libertad, disfruto el placer de ratificar mi opinión acerca de que, en Huatusco y Coscomatepec, contamos con leales partidarios. La patria premiará algún día sus buenos servicios. Luego se dirigió a su ayudante, al que dijo: –señor capitán, que se incorporen los de Huatusco a la sección que manda el capitán Hilario García. A los de Coscomatepec los agrega a la fuerza de Marcos Heredia. Que se armen y municionen lo mejor posible, y una vez terminada la acción, quedan en libertad para dispersase.

Habiendo recibido la orden, todos se retiraron, menos el de la corneta, que permaneció en posición de firme en espera de otras disposiciones. Al fijarse en él, Don Ignacio De La Llave reaccionó quizá por aquella figura simpática y dirigiéndose con cierta familiaridad le preguntó: ¿Cómo te llamas muchacho ¿–Tomás Machuca, para lo que mande mi general. –¿En qué cuerpo has servido ¿–En la guardia nacional de Huatusco. –¿qué clase, –Cómo cabo de cornetas señor. –¿Conoces bien los toques de ordenanza ¿–Toda la carretilla mi general. —¿Querías quedarte hoy a mi inmediato servicio ¿–Hasta de trinchera le serviré a usted señor, si fuera necesario.

Poniendo la mano sobre su hombro derecho le dijo con solemnidad. –Te nombro mi corneta de órdenes. —con gusto, mi general, exclamó Machuca, lanzando por sus negras pupilas refulgentes rayos de inmensa satisfacción, porque este hombre era ferviente devoto del general de la Llave, defensor de la causa constitucionalista y miembro del partido liberal.

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